Racionalismo y Empirismo
Racionalismo
Se conoce como la fuente
principal del conocimiento humano. Según él, un conocimiento sólo
merece, en realidad, este nombre cuando es lógicamente necesario y
universalmente válido. Cuando nuestra razón juzga que una cosa tiene que ser
así y que no puede ser de otro modo; que tiene que ser así, por tanto, siempre
y en todas partes, entonces y sólo entonces nos encontramos ante un verdadero
conocimiento, en opinión del racionalismo.
La forma más antigua del racionalismo se encuentra en
Platón. Éste se halla convencido de que todo verdadero saber se distingue por
las notas de la necesidad lógica y validez universal. Platón llama a este mundo
suprasensible el mundo de las ideas.
Este mundo no es meramente un orden lógico, sino a la vez un orden metafísico,
un reino de esencias ideales metafísicas. Este reino se halla, en primer
término, en relación con la realidad empírica. La médula de este racionalismo
es la teoría de la contemplación de ideas. Podemos llamar a esta forma de
racionalismo, racionalismo trascendente.
Plotino y San Agustín, el primero coloca el mundo de las
ideas en el Nus Cósmico, o sea Espíritu del universo. las ideas ya no son un
reino de esencias existentes por sí, sino el vivo autodespliegue del Nus.
Nuestro espíritu es una emanación de
este Espíritu cósmico. Entre ambos existe, por ende, la mas íntima conexión
metafísica. Esta idea es recogida y modificada en sentido cristiano por San
Agustín. El Dios personal del cristianismo ocupa el lugar del Nus las ideas se
convierten en las ideas creatrices de Dios. El conocimiento tiene lugar siendo
el espíritu humano iluminado por Dios. La médula de este racionalismo es, según
esto, la teoría de la iluminación divina. Podemos caracterizar con razón esta
forma plotinianoagustiniana del
racionalismo como racionalismo teológico.
Este racionalismo experimenta una intensificación en la Edad
Moderna. Se verifica en el filósofo francés del siglo XVII, Malebranche. Su
tesis dice: Nous voyons toutes choses en Dieu. Por choses entiende Malebranche
las cosas del mundo exterior. El filósofo italiano Gioberti ha renovado esta
idea en el siglo XIX. Según el conocemos las cosas contemplando inmediatamente
lo absoluto en su actividad creadora. Esta concepción representa igualmente un
racionalismo teológico. Para distinguirlo de la forma del racionalismo
anterior, podemos llamarlo teognosticismo.
Mayor importancia alcanzo otra forma del racionalismo en la
Edad Moderna. La encontramos en el fundador de la filosofía moderna, Descartes,
y en su continuador Leibniz. Es la teoría de las ideas innatas, según ella no
son innatos ciertos números de conceptos, justamente los más importantes, los
conceptos fundamentales del conocimiento. Estos conceptos no proceden de la
experiencia, sino que representan un patrimonio originario de la razón. Según
Descartes, trátase de conceptos más o menos acabados. Leibniz es de opinión que
sólo existen en nosotros germen, potencialmente. Según él, hay ideas innatas en
cuanto que es innata a nuestro espíritu la facultad de formar ciertos conceptos
independientemente. Se puede designar esta forma de racionalismo con el nombre
de racionalismo inmanente, en oposición a los anteriores.
Una última forma de racionalismo aparece en el silo XIX,
esta forma de racionalismo a la que nos estamos refiriendo distingue, por el
contrario rigurosamente la cuestión del orden psicológico y la del valor lógico
y se limita estrictamente a investigar el fundamento de este último. Lo
consigue con ayuda de la idea de "la conciencia en general". Esta es
tan distinta de la conciencia concreta o individual, a que el racionalismo
moderno atribuye las ideas innatas, como del sujeto absoluto, del que el
racionalismo antiguo deriva los contenidos del conocimiento. Se puede
caracterizar esta forma del racionalismo como un racionalismo lógico en sentido
estricto.
Empírismo
Opone a la tesis del racionalismo, para el empirismo, la
única fuente del conocimiento humano es la experiencia. En opinión del
empírismo, no hay ningún patrimonio a priori de la razón. La conciencia cognoscente
no saca sus contenidos de la razón, sino exclusivamente de la experiencia.
Todos nuestros conceptos, incluso los más generales proceden de la experiencia.
El empírismo parte de los hechos concretos. Para justificar
su posición acude a la evolución del pensamiento y del conocimiento humano.
Esta evolución prueba, en opinión del empírismo, la alta importancia de la
experiencia en la producción del conocimiento.
La historia del empírismo revela que los defensores de éste
proceden casi siempre de las ciencias naturales. El investigador esta
exclusivamente entregado a la experiencia. Es muy natural que quien trabaje
preferente o exclusivamente con arreglo a este método de las ciencias
naturales, propenda de antemano a colocar el factor empírico sobre el racional.
El desarrollo sistemático del empírismo es obra de la Edad
Moderna, y en especial de la filosofía inglesa de los siglos XVII Y XVIII. Su
verdadero fundador es John Locke (1632-1704). Locke combate con toda decisión
la teoría de las ideas innatas. El alma es un "papel blanco", que la
experiencia cubre poco a poco con los trazos de su escritura. Hay una
experiencia externa (sensación) y una experiencia interna (reflexión). Los
contenidos de la experiencia son ideas o representaciones, ya simples, ya
complejas.
El empírismo de Locke fue desarrollado por David Hume
(1711-1776). Hume divide las "ideas" de Locke en impresiones e ideas.
Por impresiones entiende las vivas sensaciones que tenemos cuando vemos, oímos,
tocamos, etcétera. Hay, pues, impresiones de la sensación y de la reflexión.
Por ideas entiende las representaciones de la memoria y de la fantasía, menos
vivas que las impresiones y que surgen sobre nosotros en la base de éstas.
Ahora bien, Hume sienta este principio: todas las ideas proceden de las
impresiones y no son nada más que copias de las impresiones. Este principio le
sirve de criterio para apreciar la validez objetiva de las ideas.
Un contemporáneo de Hume,el filósofo francés Condillac
(1715-1780), transformó el empírismo en el sensualismo. Su tésis dice que sólo
hay una fuente de conocimiento: la sensación. El alma tiene originariamente una
facultad: la de experimentar sensaciones.
En el siglo XIX encontramos en empírismo en el filosófo
inglés John Stuart Mill (1806-1873). Éste rebasa a Loche y a Hume, reduciendo
también el conocimiento matemático a la experiencia como la única base del
conocimiento. No hay proposiciones a priori, válidas independientemente de la
experiencia.
La significación del empírismo para la historia del problema
del conocimiento consiste en haber señalado con energía la importancia de la
experiencia frente al desdén del racionalismo por este factor del conocimiento.
Pero el empírismo reemplaza un extremo por otro, haciendo de la experiencia la
única fuente del conocimiento.
Diferencia entre Empírismo y Racionalismo
Hessen, J.(1981) Teoría del conocimiento. Madrid : Colección
Austral
Publicado por: Douglas Moreno
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